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"QUIEN MIRA HACIA ADENTRO, DESPIERTA"

Para todos los que comenzamos en algún momento el camino interior, tuvimos que hacer un gran esfuerzo para conectar con nuestros miedos, dolores y angustias. Tal como dice Jung: “No se llega a la iluminación fantaseando con figuras de luz, sino que haciendo consciente nuestra propia oscuridad”. Y muchas veces esas dolorosas experiencias están en lo profundo de nuestra mente, lo que Freud llamó el inconsciente y Jung, “la sombra”. Para hacer un real y profundo trabajo interior debemos conectarnos justamente con todo ese dolor, hacerlo presente, descubrirlo, para que haya realmente sanación, ya que muchas veces no lo recordamos. Los hilos de nuestra vida están básicamente manejados por los hilos de nuestra “sombra” aunque no tengamos conciencia de ello.

Si queremos ser mejores personas, mejorar nuestras relaciones personales, y ejecutar de mejor manera los roles que cumplimos en la sociedad, no basta solo con tener la voluntad de hacerlo. Requiere de coraje para ir a esa profundidad y crear así la realidad que esperas. Para ser quienes queremos ser, debemos hacerlo con conciencia y la conciencia es el resultado de un arduo trabajo interior, de ir conectando con los lugares más dolorosos de nuestra infancia.

¿Cómo hacemos para recordar, algo que no recordamos?


Hay muchas recursos donde el ser humano puede explorar: La meditación, las Regresiones, el Psicoanálisis, el Reiki porque aumenta nuestra conciencia, Constelaciones Familiares, etc. Pero es muy importante contar con un terapeuta que nos guíe y nos oriente a ir a ese espacio de dolor y también sepa como contenernos y nos aporte ayuda para enfrentar lo que estamos a punto de experimentar.

Es ahí donde podemos usar diferentes recursos para ayudar con las emociones que aflorarán; como lo son las Flores, La Respiración, El Yoga, Las Visualizaciones, el Reiki, y cualquier otra terapia que nos ayude a enfrentar mejor, nuestro viaje al interior.


Claudia Sasmay Oliver

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