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"TOMAR AL PADRE"

Tal como la energía de la madre se relaciona con algunas cosas de la vida cotidiana, la energía del padre se relaciona con otras: el padre y lo masculino te permiten reconocer los límites de aquello que te ayuda a saber de dónde vienes, a dónde vas y hasta dónde llegar; te permiten concretar proyectos, independizarte y avanzar hacia la madurez, (quizás hacia un nuevo país, emigrar, viajar, nuevos trabajos, una nueva relación…). Todo esto es gracias a la capacidad de lo masculino de cortar con aquello que te impide avanzar, moverte y crecer. El padre da la fuerza del avance, de romper barreras; también da el pensamiento lógico matemático. Entonces, sin el padre en cierta forma también estamos perdidos. En consecuencia, el no tomar al padre supone que el mirar hacia adelante, hacia el futuro, y avanzar sea muy difícil.

Si lo piensas, cada ser que llega a este mundo viene de un padre. Por tanto, tu padre también formó parte de ti y tomaste la vida a través de él. Sin la fecundación de ese óvulo la vida no es posible, es decir, sin lo masculino la vida no puede pasar a la siguiente generación. Después del proceso de la unión de tus padres, tú estás aquí. Esto significa que, independientemente de lo que pasó con su relación, más allá de si te acompañó toda la vida, o si sigue presente, o nunca lo conociste, donde realmente le vas a encontrar y vas a sanar el vínculo con él es en tu corazón.


La madre es quien da el permiso para tomar al padre, puesto que normalmente cuando no se ha tomado al padre es porque la madre estuvo enfrentada a él de una manera explícita o implícita, y hay una lealtad interna como niños pequeños que somos que nos hace seguir a la madre, y por estar a su lado rechazamos al papá. Pero al crecer y convertirnos en adult@s ya podemos decidir cambiar la mirada y estar dispuest@s internamente a ser desleales a mamá.


Te tomo papá, tal cual eres. Porque antes de ser mi padre, fuiste un niño.


Claudia Sasmay Oliver

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