Tal como ya escribí hace unos días, sigo creyendo con mucha convicción que el origen del origen del conflicto, está en nuestras células, que heredamos de nuestras raíces mapuches. Ellos vivieron la relación victimario y víctima, al igual que el resto de ancestros en América Latina.
Nuestras mujeres sometidas y violadas, dieron como origen a nuestra actual identidad étnica mestiza: “La conquista de América fue, en sus comienzos una empresa de hombres solos que violentó y engendraron con ellas vástagos mestizos. Híbridos que, en ese momento fundacional, fueron aborrecidos: recordemos, por ejemplo, que el cronista Huamán Poma de Ayala habla del mestizo como el ‘cholo’, el origen de esta palabra remite al quiltro, al cruce de un perro fino con uno corriente, es decir, de un perro sin raza definida, sin identidad. El mestizo era hasta entonces impensable para las categorías precolombinas. Pero también para las europeas” (Sonia Montecino. Madres y huachos. Alegoría del mestizaje chileno; Edit. Sudamericana, 1996; pp. 42-3)."
Y es justamente así como se sienten muchos a los que llamamos lumpen, sin origen, sin identidad, sin un lugar, sin reconocimiento, invisibles, sin nada….es por eso que al hacer lo que hacen, tristemente, no tienen nada que perder.
¿Qué es lo que entonces hemos llevado hasta ahora por lealtad a esos ancestros?
Abuso, saqueo, violencia, tortura, y ese dolor ha sido vivido por siglos de represión y lucha... Se sabe que los españoles usaban como técnica de rendición hacia los indigenas, actos de mutilación; les cortaban las manos, las orejas, los pies y a la gran mayoría les cortaban la mano derecha, Por eso no es raro tener hoy mas de 200 casos de pérdida de visión, con globos oculares mutilados por las bombas lacrimógenas y balines de goma. Quienes representan al pueblo siguen siendo mutilados, de la manera en que hoy eso es posible.
Desde la Biodescodificación y el Transgeneracional he observado que estamos viviendo un nuevo ciclo biológico, y mientras no se “reconozcan” a las víctimas, esto se volverá a repetir. Los ciclos biológicos memorizados nos permiten volver conscientes patrones que repetimos de manera cíclica y establecer la relación entre nuestras creencias y nuestras experiencias vividas. Todo lo que estamos viviendo tiene un origen en el pasado. “Una emoción, es siempre una regresión”.
Ante los conflictos no resueltos, eventos o impactos traumáticos (físicos o psíquicos) nuestro inconsciente responde almacenándolos como si de un programa informático se tratara y lo graba en nuestra mente inconsciente.
Una manera de explicar este ciclo biológico es revisar las fechas, los números que nos hablan: el 11-9-1973, nos da 40 y el 18-10-2019 también da 40. Y también hace justo 40 años, que ocurrió lo mismo…caos, muerte, violencia, abuso, tortura y mucho dolor. Cuando veamos y reconozcamos el dolor de esos ancestros, podemos acceder finalmente a la tan deseada Paz.
En el idioma Chino la palabra crisis y oportunidad se escriben igual, si podemos mirar juntos que esta crisis, es solo una oportunidad de crecimiento, aprendizaje y conciencia, podremos juntos también re significar todo este dolor.
Si las autoridades, fuerzas armadas, políticos, gobierno, empresarios, lideres, jóvenes y viejos, si cada de este hermoso país, podemos mirarnos, reconocernos en nuestro dolor ancestral, y abrazar ese dolor colectivo, estaremos permitiendo que el dolor no se siga heredando y podamos permitir que la Paz llegue a nuestra tierra.
Todos estamos sufriendo, no hay bandos, ni partidos, ni clases sociales, solo somos seres humanos queriendo vivir en Paz. Por favor, se un agente de cambio y se la Paz que quieres ver en nuestro país.
Los invito entonces a detenerse y hacer contacto visual con alguien, mires a los ojos el dolor de ese otro, que solo es un espejo, ya que el otro no existe, siempre eres tú. Reconozcas su dolor y le digas “lo siento”. Nadie tiene la culpa, estamos atrapados en un programa transgeneracional. Yo reconozco tu dolor y lo siento mucho. O también puedes dibujar unos ojos en una hoja, mirarlos y reconocer el dolor que ves en ellos y así estarás en enlace con algún ancestro, al cual no se le haya reconocido su dolor. Y finalmente le dirás, te libero y me libero. Así, al reconocer el dolor de los que fueron y los que son, no solo los liberas a ellos, sino que a toda tu descendencia. Y entre todos podemos crear un nuevo Chile, en PAZ y LIBERTAD. Que así sea! Hecho está!
Claudia Sasmay Oliver